foto cedida por Ur13y

lunes, 31 de octubre de 2011

Hoy como es 31 de octubre, es un día de miedo. Por  tanto, yo no soy menos jja, así que os regalo una  historia que no olvidareis jamas.

El balón

Fría era la noche del 31 de octubre, una silueta iba en dirección al bosque, a las afueras de un pueblo de Bizkaia. Llevaba consigo una linterna y un saco aparentemente pesado. Negra era la noche, como el hoyo en el que estaba por llegar…

I

    Todo  comenzó,  cuando Mikel como todo niño, es enviado  por sus padres a un campamento de verano. El lugar le dio miedo nada más entrar por la puerta, ya que anteriormente había sido una cárcel bastante violenta y desde hacia menos de 50 años un internado, que en estos últimos 10 años se usa para campamento de verano (Ya que estuvo abandonado desde que un episodio trágico sucediera).
El protagonista de la historia, en un día nublado,  estaba un día jugando al balón  con sus nuevos compañeros, cuando una brisa de aire  se levantó, y desvió el balón. No sé si seria casualidad o no, pero golpeó a una figura que anteriormente no estaba. Era  más alto que un poste, de anchas espaldas, con una melena que le llegaba casi a la cintura, sus ropajes  eran negros como el carbón. Se dio la vuelta y su cara daba mas miedo todavía, ya que no se le veían lo ojos, ni media cara, estaba tapada por su melena grasienta y espesa.
Entre las manos portaba el balón, y  con una voz grave  preguntó:
-       -  ¿Quién se atrevió a darme con el balÓNNNNNNNNNNNN?
Los chavales con pavor no abrieron  la boca, así que el  individuo reventó con sus manos el balón de plástico. Pero Mikel era un chaval que no tenía miedo,  le  echó en cara de porqué  lo hizo.
  Todo pasó muy rápido… “el poste”  cogió bruscamente  a Mikel, como una serpiente atrapa a su presa, y lo llevó hasta la piscina. Al intentar arrojarlo, Mikel se desprendió, y quien cayó  realmente a la piscina fue “el poste”, que en el agua clara, parecía  una mancha de alquitrán. Todo el mundo se reía, y con cara de os voy a matar,  le dijo a Mikel:
-        - Tu ríete, pero  no sabes  lo que te va a esperar desde ahora.
Mikel con temor a que apareciese en cualquier esquina, siempre estaba acompañado. Pero no sucedió nada, se acabó el campamento, se acabó el verano y tocaba regresar a la rutina.

II
 Era el primer día de colegio, a Mikel se le había olvidado lo sucedido en el campamento, asumió que no lo iba a volver a ver .Se equivocó…
 Cuando volvía del colegio, miró hacia el cielo y  estaba por llover, no le gustó lo que presentía, vio  cuatro casas a la izquierda se estaba mudando  alguien, se estaban instalando en la casa morada. Cuenta la leyenda que ahí sucedieron cosas terribles, de gente que se volvió loca, y  hubo mucha sangre…
 Se acercó, una ráfaga de aire se levantó, un balón de plástico  rodaba hacia él, ¿de donde venía ese balón?... (¿Qué miedo da un balón?-pensó) no era cualquier balón, era el balón del campamento, y se movía sigilosamente hacia él (no sé si cogerlo- pensó), lo cogió y tenía una nota puesta:
-        “No sabes lo que te va a esperar desde ahora”
  Mikel se quedó pálido como la cera,
-        (est…. esta aqu….ESTA AQUIIII) pensó.
  Echó a correr hacia su casa.
 Al día siguiente, el cielo estaba nublado. En un cambio de clase se fue al baño, no podía más. Después de hacer su necesidades, se lavó  la cara, miró al espejo… detrás de él había una figura melenuda  reconocible, le cogió por el cuello y le metió a una cabina.
 Una hora después un chico más mayor  le encontró amarrado a una tubería, ropas desgarradas y el ojo morado. Pasó un tiempo y no le volvió a ver. Hasta que….
 Decidió ir solo a pensar al parque  cerca de su casa, la madre le había castigado. Se metió dentro de un tubo, quería desaparecer, se llevó consigo un crucifijo por si ese ángel caído volvía a aparecer. Era de noche, no se oía ningún ruido… silencio absoluto. Medio dormitando, notó que se movía, y que caía al agua (cerca del parque había un estanque).
 Salió a la superficie y vio una silueta, que se iba. Llegó a su casa y la madre le echó la bronca.


III

 Era 31 de octubre, víspera de Todos los Santos, ese día no tenía clase así que decidió investigar quién vive en la casa morada, (¿vivirá él aquí?- pensó). Era una antigua casa de indianos, en su tiempo de gloria seria majestuosa, pero actualmente está medio derruida y desgastada. En la entrada, una  puerta oxidada de dos metros, da la bienvenida.
 Adentrándose en el jardín,  arboles centenarios sin hoja alguna, saludaban con las ramas. La casona morada en su origen, ahora era blanquecina en su defecto, no presentaba luz en su interior. Una brisa de aire se levantó, Mikel accedió a la puerta trasera de la casa, al  ir a entrar vio un espejo tan grande como su imagen, era negro  y sucio. Se contempló, hasta que percibió una sombra detrás de él, le cogió  por el cuello y le dio un golpe, dejándole inconsciente.

IV

Ya de noche, volvemos al principio, arrastras en un saco, lo llevó hasta un bosque próximo, debajo de un pinar y linterna en mano, metió el cuerpo inconsciente y lo tapó. ¿Se acabó?.

V

Un  año después a 31 de octubre, en la casa morada, Iker estaba en el ordenador, vestía de negro como de costumbre, se recogió el pelo en una cola de caballo  y de repente , una brisa entró por la ventana,  un balón de plástico  se movió  sigilosamente hacia su persona, un mensaje, tenía adherido:
-        “Lo sé.
 No sabes lo que te va a esperar desde ahora”
El ordenador empezó a  apagarse y encenderse, y una imagen que sólo Iker pudo reconocer, apareció en la pantalla: el hoyo.






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